El viernes 26 de mayo fue el día de la graduación celebrado en el auditorio del Hotel Ramada de Lisboa, además de los graduados provenientes de treinta y cuatro países de cinco continentes y adscritos a cinco religiones diferentes, asistieron representantes de las embajadas de España, Argentina, Filipinas y Arabia Saudí, así como del gobierno de Portugal.
Ramchandani fue uno de los cinco elegidos por su promoción para hablar durante tres minutos, el tema elegido por el sacerdote hindú fue la gratitud. Explicó como en el hinduismo existen rituales y penitencias para expiar todo tipo de pecados, pero no existe nada para contrarrestar la ingratitud. Su discurso en inglés fue muy aplaudido al hacer referencia a Dios, la diversidad religiosa y étnica y un agradecimiento muy especial a KAICIID y a todo su equipo humano por crear esta formación en algo tan necesario para la humanidad. Después de recibir sus certificados de manos de Elham Alshejni, Secretaria general adjunta de KAICIID, hubo un espectáculo de Fado, música popular portuguesa y una cena de gala.
Ramchandani nos comentó: “Me siento muy afortunado de pertenecer a la cohorte de becados de KAICIID, ha sido una experiencia que ha durado dos años y que no ha estado exenta de problemas por el tema de la pandemia del covid-19. Con esfuerzo y paciencia al final se ha conseguido el objetivo, formarse y graduarse como experto en diálogo interreligioso e intercultural. Aunque tengo una larga experiencia en diálogo interreligioso, no tenía una formación tan extensa y profesionalmente diseñada. Considero fundamental el estar una semana conviviendo con personas de diferentes religiones, culturas, etnias y lenguas porque esto me enriquece como persona. Todo lo aprendido, lo quiero poner al servicio de la sociedad para mejorar la convivencia y el entendimiento entre personas de diferentes credos y culturas. Mis compañeros de España y otros países me han invitado a colaborar con ellos en iniciativas, programas y cursos sobre diálogo interreligioso. Me encantaría que se diesen las condiciones favorables, para que en Ceuta pueda poner en práctica mí formación y aplicar herramientas adquiridas para mejorar la convivencia de forma sincera y sostenible que vaya más allá de la típica foto. Y lo mejor ha sido crear un vínculo con mis compañeros y compañeras de más de 30 países y 6 religiones diferentes, he aprendido mucho sobre las diferentes denominaciones que existen dentro de las religiones, su filosofía, etiqueta y comportamiento, algo que para mí no tiene precio.”